Organizaciones de todos los tamaños, tanto privadas como públicas, se enfrentan a un recrudecimiento de las ciberamenazas. En un contexto geopolítico especialmente tenso en 2024, las videoconferencias que transmiten información estratégica están en el punto de mira.
El año 2024 y sus convulsiones geopolíticas
En 2024, la mitad de la población mundial acudirá a las urnas para elegir nuevos representantes, mientras aumentan las tensiones geopolíticas. Los conflictos a las puertas de Europa, en Asia y Oriente Medio, y el auge de los extremos están teniendo un gran impacto en el ciberespacio.
Como en el caso de la guerra de Ucrania, algunos conflictos se desarrollan en línea, reforzando la ciberguerra. Este concepto, abierto al debate, se refiere comúnmente a un conjunto de operaciones ofensivas y defensivas que tienen lugar en el ciberespacio, explotando la interconectividad y la vulnerabilidad de las infraestructuras digitales.
Hoy en día, estas operaciones globales adoptan muchas formas y no sólo se dirigen a las organizaciones más sensibles.
¿Cuáles son las consecuencias para las organizaciones?
Hoy en día, las ciberamenazas y el espionaje afectan a empresas de todos los tamaños. Las menos preparadas y las más vulnerables, que a veces forman parte de la cadena de suministro de sectores críticos, están especialmente en el punto de mira.
Las fugas de información, el robo de datos o la interrupción de la actividad empresarial tienen consecuencias no sólo para la estabilidad financiera y la sostenibilidad de las organizaciones, sino también para la protección de los intereses y la seguridad de las naciones.
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Comunicaciones en línea: objetivos prioritarios
Las herramientas de videoconferencia se están desplegando a gran escala en todas las empresas, y son uno de los principales vectores del ciberespionaje. Las reuniones en línea están repletas de información confidencial o incluso secreta, cuya divulgación podría tener graves consecuencias. Esto es especialmente cierto en los sectores de defensa y energía, donde muchos empleados manejan datos clasificados o marcados como «restringidos».
En plena guerra cibernética, los riesgos de que estos intercambios sensibles se vean comprometidos son mayores, y han sido noticia recientemente.
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La seguridad de las videoconferencias aumenta la ciberresiliencia
En un momento en que aumentan los riesgos cibernéticos, las soluciones de videoconferencia seguras pueden garantizar a las organizaciones un alto nivel de confidencialidad para sus comunicaciones en línea. Pero la elección del software debe guiarse por varios criterios, tanto tecnológicos como normativos. En particular, la directiva NIS 2 recomienda el uso de una solución de comunicaciones de audio y vídeo seguras para reforzar la ciberseguridad y la ciberresiliencia de las empresas con distintos grados de criticidad.
La videoconferencia segura también satisface las necesidades de continuidad de negocio de las organizaciones. En caso de crisis cibernética o informática, la solución permite a los equipos seguir intercambiando información de la mejor manera posible, incluso en un entorno degradado, para resolver el incidente lo antes posible.
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